Para muchos de nosotros la idea de una ‘visión más general’ es algo sobre lo que, simplemente, no nos podemos permitir el lujo de pensar. A menudo es así porque en nuestra vida cotidiana pasan tantas cosas de las que ocuparse que no nos sobra tiempo para relajarnos y preguntarnos sobre el sentido más amplio de la vida humana. Tenemos que ocuparnos del aquí y el ahora. Para muchos de nosotros el ‘aquí y ahora’ no es una senda recta ni fácil – y requiere sus propias formas concretas de viajar. Cómo recorremos dicha senda es lo que llamamos ‘vivir’ Pero también es cuestión de cómo nos ‘vestimos’ para la ocasión. Para clarificar esto, me gustaría citar un breve episodio de ‘Meeting Monroe’ (‘Encuentros con Monroe’), cuando en una ocasión le comenté el hecho de que siempre iba vestido con tanta elegancia:
‘La elegancia es hacer aprecio del yo’ contestó Monroe. ‘Estar presentable, como diría usted, es cuestión de respeto. Cada uno debe escoger su forma y manera de administrar la vida. Si somos descuidados y sucios con nosotros mismos, percibiremos el mundo como descuidado y sucio. Es cuestión de perspectiva correcta – de organización intencionada. Debemos respetarnos a nosotros mismos si queremos pedirle lo mismo a ese mundo que es nuestra realidad. Usted mismo es bastante elegante. Demuestra que se respeta a sí mismo. No es una persona perezosa – aunque demasiada gente lo es. Si quiere comprometerse con el mundo, participar en su realidad, debería presentarse para ello. Debería decir – “Mírame, aquí estoy. Estoy dispuesto. Estoy preparado para tratar con la realidad. Puedes trabajar conmigo – me comprometo”. En este mundo resbaladizo por el que se transita es importante ser impecable. No de razones a sus detractores. No se excuse a sí mismo ni de justificaciones que otros puedan usar contra usted.’
‘Habla como si debiésemos ser guerreros’ contesté.
‘Así es soldado – ¡cabeza arriba y espalda recta!’ dijo Monroe con un tono burlón de sargento de instrucción. ‘Soldados de un tipo’ añadió sonriendo. ‘¿Y por qué no? Si en su interior no es un guerrero entonces tiene miedo. El miedo es una de las cosas más peligrosas para la gente. El miedo le impulsa más a fondo hacia la trampa de su realidad y disminuye su potencial de percepción. El miedo es un distractor maravilloso, le mantiene ocupado en lo mundano, y en lo falso.’
‘¿Y qué otras cosas son peligrosas?’ pregunté mientras nos sentábamos a la mesa para comer.
‘Dudar de uno mismo, por supuesto’ respondió Monroe, como por casualidad, mientras me servía un vaso de agua. Como en un fogonazo repentino me di cuenta de que en todos nuestros encuentros siempre había sido Monroe quien había puesto la mesa, provisto la comida, e incluso quien me había servido. Aunque, de cierta manera distendida, yo era el ‘huésped’, al menos podría haber sido más generoso con mi actitud de servicio. Al darme cuenta, enrojecí de repente y me sentí culpable – y codicioso. Monroe echó un rápido vistazo hacia mi, pero no dijo nada.
La comprensión que se menciona al final del encuentro – sobre mi falta de actitud de servicio – era solo un detalle minúsculo de mi comportamiento. Hasta eso puede decirse que forma parte del ‘guerrero presentable’, en la medida en que deberíamos ser conscientes de la manera en la que nos presentamos a través de nuestras pequeñas interacciones cotidianas. Como dijo Monroe con razón – ‘El miedo es una de las cosas más peligrosas’. Y el miedo puede aparecer en nuestras vidas con muchos disfraces diferentes, tales como caos, perturbación, incertidumbre, seguridad, necesidad, codicia, envidia, celos y pereza; entre otros. Quizá el ‘guerrero presentable’ represente un camino hacia la normalidad social y el equilibrio en medio de tantas fuerzas e influencias desestabilizadoras. También, en mi opinión, estar ‘presentable’ sugiere ser en parte invisible y/o anónimo; o más bien, vivir la vida sin necesidad de grandes gestos para atraer la atención. Estar ‘presentable’ puede referirse a la propia elegancia en la apariencia y en la acción; también sugiere el estado del ser de cada uno. Por ejemplo, resultaría difícil decir que uno está ‘presentable’ cuando por dentro alberga pensamientos negativos y enojados contra alguien o algo. La elegancia es, después de todo, un estado completo tanto externo como interno.
Otro aspecto del ‘guerrero presentable’ que se me viene a la cabeza es la habilidad para absorber impactos y experiencias, que de entrada podríamos etiquetar como ‘positivos’ o ‘negativos’, sin encasillarlos en ninguna de esas categorías. Es decir, impactos que pueden considerarse ordenados o caóticos pueden funcionar de una manera diferente de la que aparentan. O sea, los impactos caóticos en realidad pueden servir para crear orden, y viceversa. Me acuerdo del viejo dicho: Cosas que son aparentemente opuestas en realidad pueden funcionar juntas. De igual modo, sucesos caóticos pueden ser experiencias de aprendizaje que sirvan de catalizadores para nuestro propio desarrollo. Categorizar algo – o a alguien – como caótico y/o perturbador puede ser, de hecho, una manera de bloquear (o esconder) la capacidad de desarrollo disponible. No sé qué diría Monroe de todo esto, pero estoy seguro de que consideraría que la mejor forma de enfocarlo, o la mejor respuesta, sería una elegante. Después de todo, se trata de hacer aprecio del yo. Y quizá una de las mejores maneras de hacerlo es dejar de categorizar cada cosa que se cruza en nuestra senda cotidiana. En lugar de ello, podemos abordar los pormenores de nuestras vidas como oportunidades para aprender en vez de perder el tiempo etiquetándolo todo. ¿No es esto más elegante? Ser un participante que fluye en lugar de un ordenado archivero ¿no es una manera más presentable de enfrentarse a la vida Nadie debería decir: ‘Puedo confiar’ o ‘no puedo confiar’ hasta no ser dueño de la opción de confiar o de no hacerlo.’ ~ Idries Shah [1] Un archivero es un profesional de la información que evalúa, recopila, colecciona, organiza, conserva, controla y da acceso a registros o archivos que se ha decidido que tienen valor a largo plazo (Wikipedia) – ¿suena familiar? Descargar pdf – El guerrero presentable
Y quizá, solo quizá, a veces tengamos que reinventarnos para presentar un ‘nosotros’ más elegante ante el mundo.