Parte I – El surgimiento de una humanidad intuitiva
Justo en estos momentos se está produciendo por todo el planeta un rápido cambio social y cultural, y parece como si fuese a acelerarse aún más. Mucha gente está experimentando una amplia gama de impactos personales, desórdenes y reestructuraciones en sus vidas. Al mismo tiempo estamos viendo como nuestras infraestructuras sociales y nuestros modos de comunicación y conectividad se están modificando y ajustando a esos cambios. Sólo a lo largo de los últimos 150 años hemos sido testigos de un proceso asombrosamente rápido de transición en la civilización humana, quizá incluso sin ser plenamente conscientes de ello. Desde el punto de vista del panorama más amplio se trata de un ritmo de cambio increíblemente rápido.
El flujo y reflujo de la historia humana han acunado el despliegue gradual del individuo, y la creciente responsabilidad que ello implica. Este emergente ‘florecimiento del individuo’ ha ocurrido al mismo tiempo que el lento declinar de la aristocracia y la élite rural, y la desaparición de la tiranía. Con la caída del feudalismo, el nacimiento de la democracia, y la expansión de una humanidad global cada vez más conectada, la historia humana se ha acelerado en los últimos siglos. Junto a ello también hemos presenciado una creciente aceptación y difusión de valores planetarios. Podríamos decir que la sociedad humana está experimentando las primeras contracciones del parto de una civilización planetaria.
El desarrollo consciente es un proceso psico-espiritual fomentado por impulsos e influencias socio-culturales que se han entretejido a lo largo de nuestra historia. Más recientemente, los fuertes impulsos de los años 60 y finales de los 80 han ayudado a catalizar la percepción consciente de mucha gente por todo el mundo. Se plantaron muchas semillas que habrían de dar fruto con el paso del tiempo. Los estados psíquicos con los cuales se experimentó en los años 60 mostraron que existían dimensiones alternativas de la consciencia, y brindaron un paladeo de las mismas a un ávido público joven. Cuando muchos pensaban que era casi imposible, la caída del muro de Berlín en 1989, y el final de diversas instituciones políticas arcaicas, ofrecieron una demostración del poder para cambiar.
Desde hace mucho tiempo, impulsos de renovación y regeneración han participado en el proceso continuo de desarrollo humano, cultural y psico-espiritual. Las verdaderas revoluciones no se basan en la violencia física sino en cambios radicales en las percepciones, el conocimiento y en definitiva el ser individual. La presencia creciente de la consciencia humana se ha hecho evidente a lo largo del tiempo merced a la expansión de la inteligencia, la concienciación psicológica, el humanitarismo, la empatía y la innovación creativa. La eclosión del ser humano intuitivo se ha puesto de manifiesto en los campos de juego – estadios, terrenos, y calles de todo el mundo. La naturaleza colaborativa del deporte, con su trabajo de equipo, sus reglas y su juego compartido, es un ejemplo que ha surgido para ayudar a cambiar el espíritu humano.
Lo que estoy sugiriendo es que a medida que esta tendencia se despliegue es muy probable que asistamos a la aparición en el mundo de nuevas generaciones de individuos que más que nacer en el cambio serán el cambio. Y estas nuevas llegadas, por el hecho mismo de que actuarán más por instinto e intuición, desafiarán todavía más nuestros sistemas sociales y ‘grandes instituciones’. La era del guruismo, el elitismo espiritual y la profusión de métodos comerciales de ‘Enseñanza’ va a ser reemplazada por una mayor gnosis en la humanidad. Los sistemas externos de creencias, de los que a menudo dependemos, serán desafiados, y gradualmente reemplazados, por el reconocimiento de una inteligencia viviente – una inteligencia que siempre ha existido en la raza humana. Cuando se conoce instintivamente ya no se necesita la preservación cultural: cúpulas, pináculos, instituciones o Enseñanzas. El conocimiento viviente es más fluido y existe en todo momento, por todas partes y para todos. Sólo necesitamos los medios para acceder a él. Estos métodos de acceso forman parte de un proceso que, mientras continúe extendiéndose por la humanidad-planeta-cosmos, se pondrá cada vez más de manifiesto en forma de impulsos de desarrollo.
A lo largo de los próximos años de este siglo, a medida que se fortalezca la conexión con una inteligencia viviente omnipresente, la humanidad irá adquiriendo progresivamente un mayor acceso a la consciencia interna elevada (gnosis). Los viejos roles de jerarquías centralizadas están disminuyendo; las sociedades humanas están formando redes descentralizadas de conexión y comunicación por todo el orbe, de manera muy similar a nuestras redes bacterianas ancestrales. Nuestro medio social está imitando cada vez más la manera en la que la biología se ha ido auto-organizando desde siempre. Esta nueva disposición facilita la activación en el planeta de una forma diferente de energía. Una energía que apoya una manera distinta tanto de hacer las cosas como de que éstas sucedan. Los días de un Mesías singular hablando a las muchedumbres se han terminado. En la actualidad nos estamos adentrando en una era en la que serán las multitudes quienes amplificarán y difundirán el nuevo entendimiento.
Nuestros niños pequeños están naciendo en un mundo en el que en cada momento de cada día los patrones humanos de pensamiento y consciencia fluyen a través de millones y millones de ordenadores, redes y dispositivos conectados que forman un campo no-local de información e inteligencia viviente. Pero eso no sólo sucede en los espacios digitales sino también merced a medios culturales tales como películas, libros, canciones, videos, etc., que forman un campo de conectividad que trasciende nuestras viejas fronteras temporales y espaciales. Actualmente, nuestras tecnologías de información externa están imitando, o superponiéndose, progresivamente al campo viviente de inteligencia que subyace a nuestra realidad. Esa matriz/construcción física es el reflejo externo de nuestra conectividad inherente no visible. También es presumible que estos impactos (o superposiciones) catalicen la liberación de cierta forma de energía de transformación. No existe un modelo externo de comunicación y conectividad que no tenga su realidad correspondiente en la consciencia.
Los niños y los adultos jóvenes actuales están empezando a romper los viejos patrones y a convertirse en la primera oleada de pioneros y agentes de cambio del sistema. Muestran una notable comprensión intuitiva de nuestras modernas tecnologías. Están tendiendo la mano y conectándose, formando redes, apoyando prácticas ecológicas y metodologías alternativas de salud, formando proyectos comunitarios, buscando una alimentación saludable, priorizando el bienestar sobre los roles profesionales, re-dinamizando un sentido de lo sagrado, y rechazando las barreras para un nueva forma de pensar. No está ocurriendo por todas partes, o en toda la gente. Todavía existe demasiada confusión y angustia emocional en nuestras generaciones más jóvenes. No obstante, se está abriendo paso un ser humano más intuitivo.
Al final el emperador no tiene ropa
En comunidades y sociedades de todo el mundo están emergiendo actualmente nuevos patrones de pensamiento y expresiones de consciencia que ya no toleran las estructuras del viejo paradigma de separatismo, egoísmo y conflicto. En lugar de una revolución frontal integral contra los sistemas impuestos está surgiendo una onda más sutil de cambio reformista que contribuye a una transición social constructiva. Parte de este cambio reformista consistirá en el aumento de la transparencia en nuestros sistemas sociales. Ya está sucediendo – cada vez vemos más ejemplos de corrupción (política, financiera, personal, etc.) que afloran y salen a la luz. Cuando sale el sol, se dice, al principio las sombras se hacen más definidas y visibles. A medida que los patrones de una consciencia diferente empiecen a mostrarse en la gente, las deficiencias de muchos de nuestros sistemas quedarán progresivamente en evidencia. Cuando una nueva concienciación de la gente exija integridad y un cambio de valores aquellas instituciones, prácticas y sociedades construidas sobre el miedo y los falsos valores decaerán. Con el tiempo, cuando una inteligencia intuitiva se exprese a través de la consciencia humana, los viejos patrones de pensamiento – especialmente los perturbadores – se irán haciendo cada vez más obsoletos. Pronto, incluso nuestros niños más pequeños señalarán boquiabiertos: ‘¡Pero, mira, si no lleva ropa!’ En ese momento, edificaciones y tradiciones se verán forzadas a desintegrarse o re-calibrarse de acuerdo a los nuevos patrones.
El barniz protector de la apariencia y el estatus social, que en un tiempo daba santuario a ciertas personas, dejará de funcionar. La fachada de mucha gente: famosos, políticos, élites acaudaladas, personalidades religiosas, personalidades públicas antes respetadas, etc., se desmoronará y la oleada de transparencia hará visibles sus delitos. Cuando una generación de mentes y corazones jóvenes guiados intuitivamente desee sanar el planeta para traer la reforma, habrá que lavar en público gran cantidad de ropa sucia. Los estremecimientos iniciales de inseguridad juvenil (testimoniados en forma de estallidos violentos e inestabilidad psicológica) llegarán a ser reemplazados por mayores expresiones de intuición humana, confianza y equilibrio internos. En el mundo, muchos ya nos estamos convirtiendo en alumnos de nuestros niños y jóvenes adultos. Estamos presenciando como nuestra hasta ahora incuestionable fe en fuentes externas de información, opiniones, y autoridad está siendo cuestionada por esas mentes juveniles. Jóvenes de todo el mundo se alejan de las estructuras dogmáticas de creencia ya que consideran que, en lo que concierne a su autorrealización, les limitan y les arrebatan la responsabilidad individual.
Surgirá una nueva forma de sentido común – que ahora no es ‘común’ ni tiene ‘sentido’ para nosotros – que tendrá su origen en un estado de consciencia diferente. Para una especie que experimente conscientemente la interconexión de toda vida, la conducta humana que tenía sentido cuando nos imaginábamos que vivíamos en islas de individualidad ya no lo tendrá– ni será funcional. Cuanto más se transforme internamente la especie humana, mayor será el cambio que presenciaremos en nuestro mundo físico – en nuestras sociedades, tecnologías, cultura, etc. La próxima generación no puede ser igual que la actual o que la previa. En este momento de la historia humana, dar a luz a una generación duplicada – con los mismos ideales y valores – no conduciría a una perpetuación de las sociedades humanas sino a su desaparición. Esta es la razón por la que necesitamos un cambio transformacional a nivel psico-espiritual tanto dentro de las generaciones como entre ellas. A quienes ahora estamos en el mundo desafiar nuestras estructuras condicionantes nos ha costado un esfuerzo y una energía constantes. En el pasado también hemos luchado mucho contra sistemas socio-culturales que se oponían o no apoyaban el desarrollo interno del individuo. Ahora, sin embargo, el cambio llegará con más facilidad y a un ritmo más rápido.
Probablemente, los cambios que veamos en los años venideros serán más profundos que los que tuvieron lugar durante nuestras revoluciones industriales previas. El periodo de industrialización occidental ocurrió a lo largo de varios siglos. Ahora vamos a ser testigos de grandes cambios que se producirán en el plazo de una sola vida humana. Advertiremos que la comunicación, la transparencia y la honestidad son herramientas mucho más poderosas que el secretismo, el miedo y la confrontación. El falso traje de armadura del emperador se desintegrará frente a los ojos límpidos y honestos. Los elementos engañosos de nuestras estructuras políticas, financieras, corporativas y de comunicación saldrán en desbandada para mantener su fachada. Pero, a los ojos de una generación de mentes y corazones jóvenes, más concienciada, informada y despierta, sus acciones desesperadas serán contempladas como lo que realmente son.
Con o sin nosotros, las nuevas mentes jóvenes crearán su propia libertad para inspirar, renovar e instaurar su mundo. No solo tendrán acceso a un inmenso mundo intuitivo sino que simultáneamente estarán conectados a una red planetaria de información, contactos y amigos. Las atemorizadas estructuras forzosas de autoridad intentarán controlar esas redes de conexión y comunicación La(s) generación más joven probablemente sea la que libere a la humanidad del dominio de las ideas erróneas – ideas que forjaron guerras, crearon pobreza y hambruna, y prolongaron enfermedades. Estamos contemplando una generación que conseguirá eliminar las ilusiones de los viejos patrones de pensamiento. El nuevo ser humano intuitivo se ha estado gestando desde hace tiempo. Hoy día nuestro mundo es de lejos más pacífico que en cualquier otro periodo de las épocas recientes del pasado – pese a lo que los principales medios de comunicación puedan estar diciendo. Esto nos indica que el modo en el que los patrones de energía fluyen sobre la Tierra está cambiando, alentando a la gente a que busque soluciones pacíficas dondequiera que sean posibles. La inteligencia viviente que es una parte del ser humano intuitivo es también una inteligencia espiritual, empática y nutriente, que ha permanecido ausente en gran parte de la civilización moderna. Los miembros de la nueva generación(es) marcarán el inicio de un periodo en el que las energías masculina y femenina se reconfigurarán adquiriendo mayor equilibrio y armonía. Los valores humanos de amor, compasión, comprensión, paciencia, tolerancia y empatía se expresarán más abiertamente y formarán parte de un mundo instruido – y no serán erróneamente considerados como valores predominantemente ‘femeninos’. La división que separa las energías masculinas y femeninas seguirá disolviéndose y será reemplazada por una nueva energía de unidad – de encuentro. Asimismo, el estigma artificial que circunda los roles ‘masculino’ y ‘femenino’ será desafiado y forzado a cambiar gracias a que los hombre y mujeres jóvenes remodelarán activamente las expectativas de rol. Se apreciará y se buscará con mayor empeño la participación de las mujeres y su colaboración en áreas primordiales tales como la política, la economía y los negocios globales. En las próximas décadas estará más presente en el mundo una energía intuitiva que encontrará su expresión a medida que las jóvenes vayan ocupando puestos claves de influencia social. Actualmente estamos más abiertos a reconocer que la noción de dualidad – de un lado que prevalece sobre el otro, ya sea hombre o mujer – es una energía anticuada. Las nuevas energías se centrarán más en el equilibrio y en el agrupamiento en un todo integral que respete la diversidad dentro de la unidad. La humanidad está actualmente situada en el umbral de una transición para la cual las posibilidades de desarrollo se han ido preparando desde hace mucho tiempo. Se diría que el ritmo de nuestra preparación crece exponencialmente con cada año que pasa. Una nueva forma de energía que facilita un modo completamente diferente de actuación ha entrado actualmente en este planeta. Es una energía que respalda una vía de conectividad en red y descentralizada. Está trabajando a través de nuestras sociedades humanas para comprometerse con el cambio desde dentro. Su objetivo podría ser ayudar a formar por toda la Tierra una membrana de inteligencia consciente humana planetaria. Esas energías también se están extendiendo con mayor rapidez de humano a humano mediante campos integrados digitales y biológicos de conectividad energética. Pronto, a medida que cada ciudad y cada pueblo cuente entre sus gentes con un nuevo ser humano intuitivo ningún área quedará aislada de tal influencia – más aún cuando las generaciones más jóvenes vayan accediendo a la Tierra y empiecen a adoptar sus roles y responsabilidades. Algo sumamente apasionante está sucediendo en este planeta. Algo está emergiendo dentro, entre y a través de nosotros, y está penetrando en la propia urdimbre de nuestra realidad. Es una transformación sin palabras que ocurre a través de todos y cada uno de nosotros. Se diría que ciertas capacidades humanas latentes se están preparando para activarse, en alineamiento con los requerimientos evolutivos. Kingsley L. Dennis [1] Ver mi libro anterior ‘The Struggle for Your Mind: Conscious Evolution & The Battle to Control How We Think’